Atado con alambre Reviewed by Momizat on . Dijo Raúl Alfonsín “con la democracia se come, se cura, se educa”. Pero resulta que “la corrupción no permite lograr ninguno de los tres objetivos”. Cumplidos 3 Dijo Raúl Alfonsín “con la democracia se come, se cura, se educa”. Pero resulta que “la corrupción no permite lograr ninguno de los tres objetivos”. Cumplidos 3 Rating: 0
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Atado con alambre

Atado con alambre

Dijo Raúl Alfonsín “con la democracia se come, se cura, se educa”. Pero resulta que “la corrupción no permite lograr ninguno de los tres objetivos”. Cumplidos 30 años de democracia ha quedado demostrada la inoperancia para “Crecer”, conformes con poder votar se hace silencio y pasivamente transcurrimos nuestros días siempre a la espera del milagro que nos ponga en el camino correcto como Nación.

Como dije en otras oportunidades, en el sistema democrático se ejerce la división de poderes no la división social. En la democracia se persigue la igualdad, se ejerce el cumplimiento de la ley, se expresa la libertad. Cuando la confrontación de ideas se basa en la ofensa, en el descrédito, en la imposición entonces se ingresa al camino del autoritarismo. Para que una democracia sea viable se debe utilizar el diálogo, el consenso, la libertad en su máxima expresión.

El 21 de junio de 1810, en el número 3 de la “Gazeta de Buenos Ayres”, Mariano Moreno expresó: “La verdad, como la virtud tienen en sí misma su más incontestable apología; a fuerza de discutirlas y ventilarlas aparecen en todo su esplendor y brillo; si se oponen restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia y el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento harán la divisa de los pueblos, y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria”gazeta de buenos ayres

Hoy existe solamente el discurso gobernante y se acalla el pensamiento de sus disidencias. Hoy la libertad de prensa depende exclusivamente del financiamiento del “poder” siendo la opinión disidente del monótono discurso una actitud golpista, desestabilizadora y enemiga.

La ya vigente Ley de Medios (salvavidas de la reciente derrota electoral) es la muestra de un objetivo trazado que más allá de regular tiende a la clara destrucción del pensamiento distinto. No es admisible saber lo que no se quiere decir, ni investigar lo que no se puede mostrar. Si se persigue una revolución, se debe comenzar con la implementación de un único pensamiento para tener la seguridad que nada ni nadie pondrá palos en la rueda para alcanzar determinado objetivo. Cuando alguien no tranza con el discurso, lo mejor es anularlo, vaya a no ser pueda convencer a los demás que algo no funciona.

De chico aprendí que los funcionarios eran señores serios de buenas costumbres y conductas intachables. Desde jueces hasta el propio maestro de escuela eran respetados por su presencia y su labor. Su hidalguía marcaba la diferencia. Si bien desde los inicios Argentina siempre fue corrupta, ejerció el contrabando y se hizo plata a costillas de los demás, hoy cuesta más que antes poder dar con alguien serio. Como digo siempre, se fue perdiendo credibilidad.

Ahora bien, si la credibilidad se desvanece por la actitud descarada del negocio político. Si no se puede confiar en quienes deben velar por el cumplimiento del derecho. Si el voto se compra con el clientelismo. Si se disfraza la realidad para no mostrar las falencias. Si se niega la libertad, ¿A dónde vamos? ¿Qué futuro tendremos? ¿Qué es desarrollo? ¿Qué es democracia?

Cuando nos falta una determinada pieza, cuando debemos salir de un apuro, cuando debemos sujetar algo para que siga funcionando, cuando no queremos gastar para solucionar, entonces atamos con alambre. Nuestro sistema político está atado con alambre. No hay división de poderes. No funcionamos como república. No hay independencia. Las instituciones no son creíbles, la mayoría de los políticos no son creíbles. Los índices no son creíbles, las palabras no son creíbles. No se trata de necedad, se trata de saber observar la realidad. Esa es la mejor verdad.

El dinero que se lleva la corrupción bien sería utilizable para cumplir las premisas elementales de cualquier sociedad; “Comer”, “curar” y “educar”. No es necesario entrar en análisis en cada una de ellas, ya sabemos que cada una es regulada en forma directa por el Estado por la práctica de determinadas políticas y/o la implementación de sistema de control.

En las “Consideraciones finales” del ensayo “La corrupción siempre es perversa”, de Alejandro Rojo Vivot (miembro de la Fundación AVINA Argentina), encuentro palabras de Blaise Pascal (1662); “El verdadero bien debe ser tal que todos pueden poseerlo a la vez sin disminución y sin envidia, y que nadie pueda perderlo contra su voluntad”. Rojo Vivot entonces expresa “…la connivencia entre los poderes públicos y con algunos sectores hace necesario continuar bregando por una ciudadanía activa que influya en el proceso de desactivar la generalizada corrupción como mecanismo aberrante para el acceso y permanencia en los cargos del Estado, el enriquecimiento ilícito, la práctica clientelista, la impunidad, etcétera”.

Sabemos perfectamente, como dice Rojo Vivot “La corrupción corroe la dignidad del ciudadano, contamina a los individuos, deteriora la convivencia social, arruina los servicios públicos y compromete la vida de las generaciones presentes y futuras”. Estoy de acuerdo con sus palabras y sabemos que la mejor manera de luchar contra la corrupción es meternos de lleno en la problemática. Pero tenemos un agregado en el camino de las soluciones, el propio sistema, su administración y la arbitrariedad no nos permite avanzar. El organismo anti-corrupción no llega a cumplir su función, al menos en forma eficiente al fin que persigue. Otra vez, elementos sostenibles para la falta de credibilidad.

Desde el momento que las garantías no están aseguradas y el porvenir está sujeto a la espera de un milagro que nos oriente y encamine, digo desde lo político y económico, quiere decir entonces que no se está pisando firme. Cuando la proyección a nivel social se mide en base a la estructura actual consumiendo impunidad, descontrol, desidia, división quiere decir que no es aventurado concluir que el futuro además de incierto es nefasto. Cuando la potencialidad cultural tiene como base una educación mediocre de nivelación algo menor a lo estándar, quiere decir que no se está mirando las consecuencias. Se improvisa. Por lo tanto estamos atados con alambre.

Si el señor juez no es claro, insisto, no creíble. Si el señor funcionario no es “Señor” y es un delincuente con saco, corbata y cargo. Si el delincuente tiene “derechos” más elevados que la “víctima”. Si a los presos se los puede utilizar como fuerza política y a las fuerzas de seguridad se las denigra, entones no se puede hablar de seriedad ni de garantías. Si se tiene en cargo provisorio un presidente sin autoridad moral, entonces tenemos el país atado con alambre.

Desde el momento que la Presidenta de la Nación tiene inconvenientes de salud, nace una preocupación que lo debemos llamar “de Estado”. Es la presidenta, es quien lleva un país y más en las condiciones que se ha desempeñado donde los ministros prácticamente no existen. Pero la mayor preocupación ha pasado por la credibilidad de los hechos. Las formas y códigos que ha utilizado el gobierno para manejarse en los últimos años ha despertado sospechas que sumadas a desencadenantes circunstancias pre y post electorales recientes, mantienen ciertas dudas. Como lo manifestara una opositora al gobierno ¿ahora que salió la Ley de Medios la presidenta se mejorará más rápido? Aunque Carrio no lo dijo como pregunta. Casualmente, a los dos días de ser noticia la dichosa Ley, el gobierno habla de su mejoría y que estaba comenzando a leer los diarios. Fue tal la labor realizada en esto de la revolución K que puede despertar la duda acerca si la presidenta está analizando la situación y cómo se presentan las cosas para ver si vuelve o renuncia. Son especulaciones, son conjeturas basadas en lo disonante forma de conducir un país.

derrota electoral

festejos kDe un Papa Francisco visto con recelo en las primeras horas de su nombramiento (con afiches en su contra incluidos), se pasó a un Papa majestuoso. De una Corte odiada por el gobierno, se pasó a una Corte respetada y servicial. Gobernadores (caso Daniel Scioli) que eran influyentes, allegados y obsecuentes del proyecto, pasaron a ser enemigos de gestión. De rostros acongojados por el resultado de las elecciones pasaron en minutos a la fiesta improvisada en el circo de la alegría. Candidato aconsejando aplicar un “Correctivo” a una agente de tránsito que estaba haciendo su trabajo. Un secretario de Comercio que dice “hace tres años no aumenta la carne”. Un actual Intendente (Rossi se fue y lo dejó a Insaurralde, Lomas de Zamora) que no pudo nombrar una estación en el recorrido del servicio más “cuestionado” del país. A ver, si digo que estamos atados con alambre no es una postura negativa de nuestra realidad. No somos serios como país. No somos creíbles como pueblo.

raul alfonsinEn 30 años de democracia no se aprendió de los hechos. Pasaron tantas cosas en medio de la impunidad y la desidia que ya estamos acostumbrados a perder. Nos hemos acostumbrado al robo, al descaro, a la hipocresía, al silencio y a la sangre derramada inútilmente. Nos hemos acostumbrado a ser ovejas acarreadas por el pastor de turno. Alfonsín se equivocó en dos cosas; en confiar en algunos y en pactar con otros. Y el pueblo lloró su muerte por dos razones; por quedarse sin guía y por saber que no dejaba sucesor.  Libertad no es libertinaje y control no es dictadura. Pero la sociedad tomó lo conveniente y los gobernantes aprovecharon la ocasión. Una masa sin cultura es un barco sin timón. En 30 años otros países se han convertido en potencias. Argentina retrocedió. Mostró inoperancia para crecer.

Pero existe una manera de cortar el alambre (por favor antes poner las piezas en su lugar) y comenzar a transitar con mayor soltura, firmeza, seguridad, confianza, optimismo. Es tomar conciencia y poner manos a la obra, Como digo en “Es necesario Actuar”, publicado en ésta revista. Mientras nos quedemos quietos, los demás avanzan, mientras nos quedemos sentados esperando el milagro nuestras generaciones jóvenes no tendrán futuro. Es complicado involucrarse mientras el sistema nos frena, pero bien se puede dar pelea cuando existen motivos. Dialogar, buscar soluciones, enfrentar las adversidades, defender los derechos, hacer respetar la ley, hacernos escuchar. Debemos tener en cuenta un aspecto elemental, el alambre se oxida con el tiempo y se corta solo, el problema es que todo puede caerse y terminar de romperse.

Carlos B. Pianesi – escritor – Director de la revista Digital Ética y Moral -

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