CANCER DE CUELLO UTERINO
La prevención es el elemento esencial para evitarlo
El cáncer femenino más frecuente es el de mama, con un promedio del 35%, le sigue el de útero y de estos el más frecuente y grave es el de “cuello uterino”. El 70% de estos son los únicos que pueden evitarse mediante la vacuna “Gardasil”, que previene la infección por “virus de papiloma humano” (HPV). Esta vacuna no lo cura al cáncer, lo evita y aunque la mayoría de los casos se presenta entre los 29 y 40 años, también se registran casos entre los 20 y 70 años.
Este cáncer, es la segunda causa de muerte en las mujeres en Argentina. La terapia requiere tres (3) dosis de vacuna en un plazo de seis (6) meses. La 2º dosis a los dos meses de la 1º y la 3º a los cuatro meses del 2º. Si bien existen más de 150 tipos de HPV la obligatoriedad de la vacuna está centrada en las cepas tipos nº16 y nº18, que están directamente relacionadas con el virus, pero también con las nº6 y nº11, dado que son contagiosas, aunque no se determinaron aún si actúan contra el cáncer.
La transmisión de este virus es por vía sexual, y por ese motivo en su momento se ha lanzado la campaña de vacunación pretendiendo poner a resguardo a las mujeres antes de tener su primera relación, ya que en la actualidad mueren dos mil personas por año en nuestro país. En su momento el Estado Nacional decidió emprender una campaña de vacunación contra éste tipo de cáncer en forma gratuita a las niñas a partir de los 11 años.
En la actualidad, existen dos vacunas autorizadas a la venta, es la que previene el contagio de cuatro cepas del centenar que presenta el virus. De los fenotipos más conocidos, dos de ellos, el nº 16 y el nº 18 están asociados al cáncer, las otras dos cepas, la nº6 y la nº11 están asociadas con las verrugas genitales. Las mismas se pueden complicar con infecciones, pero no está comprobado que estos fenotipos deriven en cáncer, así lo detalla Claudia Enríquez, responsable en Entre Ríos del Programa Nacional de Cáncer de Cuello de Útero del Ministerio de Salud de la Nación.
Hay una vacuna más económica que solamente previene dos cepas del virus, esta es la otra autorizada y es la que asocia directamente al cáncer que nos ocupa.
El HPV, si bien afecta a las mujeres, tiene un problema adicional que es que la mayoría de los portadores del virus no saben que lo son. Algunos subtipos de virus se presentan en el cuerpo como verrugas genitales (estas sí también afectan a los hombres), pero los que pueden generar cáncer no presentan síntomas. Por este motivo es que se hace necesario realizar estudios de HPV en los chequeos ginecológicos de rutina, y consultar al médico si se observa inflamación, picazón, protuberancias o molestias en la zona genital.
La aplicación de las vacunas no exime de los controles ginecológicos, como Papanicolau y Colposcopía. Algunos de los síntomas más importantes que sugiere la presencia de virus son: irritación constante en la entrada de la vagina con ardor y sensación de quemadura durante las relaciones sexuales, esto se denomina “vulvodinia” o pequeñas verrugas en el área ano-genital: cérvix, vagina, vulva y uretra (en mujeres) y pene, uretra y escroto (en varones).
“En el país, la edad promedio de aparición del cáncer es de 29 años –dijo el doctor Silvio Tatti, Jefe de la Sección Patología Cervical del Hospital de Clínicas y ex Presidente de la Sociedad Argentina de Colposcopía-, por lo tanto vacunar antes de esa edad permitiría prevenir su desarrollo”. Una de cada cinco mujeres argentinas de entre 15 y 60 años en algún momento de su vida va a contraer un HPV de alto riesgo.
Aunque los ensayos clínicos con “Gardasil” muestran que la vacuna brindó protección contra HPV durante los cinco años que duró el estudio, hay que tener en cuenta que por sus características biológicas, es de esperar que la vacuna brinde protección de por vida, pero eso se deberá comprobar con estudios futuros. Tratado en sus estadíos iniciales, el cáncer cervical tiene una tasa de curabilidad del 100 por ciento. Sin embargo la mitad de las mujeres con cáncer de cuello de útero recibe diagnóstico cuando se encuentra en estadíos avanzados de la enfermedad. En esos estadíos, las tasas de curación no superan el 20 por ciento. Por ello es de vital importancia preventiva, la aplicación de la vacuna antes que el virus se haga presente. Fuente: Ministerio de Salud de la Nación -
n�: v� sumó: “A veces tenemos que suspender cirugías porque no hay anestesistas, ropa o instrumentadores.
En otras provincias el panorama tampoco es alentador, prácticamente en todo el país la situación de nuestros pacientes es grave. La salud en Argentina es toda una cuestión de paciente y paciencia, pero las urgencias no esperan y la calidad de nuestra gente es cada vez en peores condiciones.
Después que pretendan explicar acerca del crecimiento en nuestro país.