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SOCIALMENTE, OTRO PASO PARA ATRÁS

En la medida que no se ponga orden y se siga violando principios, iremos caminando para atrás. Esto así no funciona.

La verdad?, ya uno llega a sentir vergüenza de ser argentino gracias a una dirigencia política, con legisladores incluidos, que a lo único que se dedican es a violar los principios naturales del hombre… respeto, integridad y vida.

No es creíble si lo contaran, pero es una realidad más inmersa en nuestra estructura normativa que debería apuntar a la defensa de los básicos principios de la vida, incluida la seguridad vial. En esta ocasión, la integridad física de las personas está en riesgo aparentemente justificado, pues todo depende de la velocidad que el automovilista infrinja la ley. Sí, sí, penalmente ahora se tienen argumentos como para tener atenuantes ante la posibilidad de atropellare a una persona con el automóvil.

La nueva ley 3916 atenta contra la vida, contra la integridad física, con la misma intensión de normalizar la conducta de una sociedad que ya está bien acostumbrada a tener la posibilidad de hacer lo que quiera, es más, la incoherencia normativa justifica el accionar dependiendo de la velocidad y no de la acción. La Ley, es la norma que regula la conducta social. La Ley, marca los parámetros permisivos y los límites punibles, pero en nuestro país la Ley es la arbitrariedad misma de la voluntad de los personajes sin cabeza, sin inteligencia ni criterio. La Ley parece ser la prostituida callejera que cualquiera le toca el traste.

La citada determina que se podrá retener la licencia “Cuando se viole la prohibición de paso indicada por un semáforo superando los límites de velocidad máximos establecidos” en el Código de Tránsito. Por entonces queda claro que aquellos que violen la luz roja en una calle a menos de 40 Km/h NO PODRÁ SER SANCIONADO con el retiro de licencia, y en las avenidas ese límite es de 60 o 70 Km/h.

Por otro lado, ahora solamente se podrá retirar la licencia cuando se supere la velocidad máxima en más de 40 Km/h, o sea a más de 80 y 110 Km/h, cuando hasta la promulgación de la misma era de un margen de un 10% de la máxima permitida.

Entonces, con esta nueva normativa, estamos en presencia del “Permiso” de violar normas de tránsito que se aplican en la mayoría de los países del mundo, donde en realidad lo que se busca es la protección de la integridad humana y el castigo de conducir en forma inadecuada, llámese sin criterio de subsistencia y respeto.

De esta manera, solamente se alimenta el descontrol y en lugar de normalizar las cosas, orientan la conducta a una postura permisiva sin límites, sin orden. La Ley debe ejemplificar, debe aplicarse con orientación a una mejora y una manera de ordenar socialmente las conductas, debe ser promulgada dentro de los conceptos necesarios para el normal funcionamiento y protección del individuo. En nuestro país, todo se hace en el sentido contrario.

Quizás un día piensen en futuro, y dejen de pensar en las consecuencias de arbitrar metodologías que solamente dividen y destruyen. Carlos Pianesi – Director de Ética y Moral-

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