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VIEJO PROFETA DE LA VIDA

VIEJO PROFETA DE LA VIDA

Frío, desnudo, solitario en medio de la noche. Tomó un libro cualquiera y descubrió esencia. Alucinada esperanza en las palabras de un autor cualquiera que acompañaba al silencio. Frío y desnudo de sentimientos encontrados en la memoria de una historia.

Ese niño que fue. Esa infancia de recreos largos sin compromisos ni tiempos de rotos anhelos. Pasó el tiempo fluyendo entre los días las cosas ligeras que le fue ocupando las horas, desvelando los sueños, sorprendiendo amaneceres de incierta rutina. Dejó caer su noche entre recuerdos y palabras dichas al sonido de la soledad. Aquellos viejos días, se dijo en sí mismo.

Una guitarra enfundada, con el polvo del tiempo, una partitura a medias y un atril ya sin sueños. Pasaron los años y lo postergado quedó en el antaño deseo de lograrlo. Pasaron ya sus horas y lo sorprende el mismo tiempo. Se acortan los días. Algunas cenas servidas se enfrían en el medio de nostalgia, en el recuerdo.

La vida. Llega, pasa y camina. Los años se esfuman como agua entre los dedos y las penas golpean, la sonrisa se apaga pero despierta se mantiene la ilusión de mañana ser un mejor día. Una foto cualquiera. El retrato de su familia, esa que cerró una puerta y abrió una imagen diferente de los valores oscuros de la soledad. El valor quizás del llanto cuando se tiene la tarea cumplida.

La vida pasa y los años llegan. A veces con dolor, también con sabiduría. Siempre con dignidad de haber vivido el día a día. La mañana, la tarde, la noche y el nuevo día. Poeta de la vida. Calles de sabios silencios y despertares colmados de palabras para nada vacías.

Viejo cantor. Profeta con maestría, cuántos pueblos extrañan tus versos sin pluma y con tanta osadía. Rincones ocultos de un alma completa de llantos y sonrisas.

Poeta callejero de plazas y esquinas. Lo mató la tecnología. Murieron ya sus dichos y ya no se escuchan los versos de alegorías. Ganó el avance, el desarrollo del consumo desde el momento que el hombre llegó a la luna. Ganó la tecnología, pero se perdió la esencia misma de la sabiduría experimental del sentimiento y la franca visión humana del sentir.

Poetas ya no quedan y la literatura es cosa de raros. Los versos son anticuados y la pasión… la pasión una remota idea.

Frío y desnudo en la noche, el poeta canta autor, trovador y ensayista se queda dormido ante la invasión sistemática de una nueva rutina.

Los que lo olvidaron es porque no lo entendieron y hasta su propia familia quizás dejó pasar el momento de aprender de sus dichos, letras y sentimientos. El viejo poeta entiende de avances y de mundo. Diferencia mundano con travesía. Elije el silencio y la soledad para no contaminarse con tanta hipocresía.  Una sociedad cambiada. Un código diferente de ver la vida. El viejo poeta atrevido y locuaz dejó su guitarra y sus versos porque ya no le dieron cabida.

Ya frío y desnudo se ríe de la gente que no entiende nada de la vida. Esos que cambiaron amor, pasión, sentimiento y pureza por las cosas frívolas de la vida. Carlos Bruno Pianesi-Escritor-Director de Ética y Moral-

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